Folklore
El folklore argentino es en su mayor parte de origen hispánico, con un aporte indígena directo reducido a la zona del noroeste. Su variedad es mayor que el de otros países latinoamericanos. El instrumento popular por excelencia es la guitarra, en toda la extensión del país. En las provincias del litoral fluvial, especialmente Corrientes, se utiliza con frecuencia el acordeón a piano. La zona más rica en instrumentos populares es el noroeste, por estar vinculado con las culturas indígenas de Bolivia y Perú: diversos instrumentos de viento y de percusión alternan con la guitarra. Los más característicos son la quena—un tipo de flauta vertical— y el charango, guitarra pequeña hecha con el caparazón de un armadillo. La mayor parte de la música folklórica argentina une el canto y la danza. Es coreográficamente muy agradable la zamba, propia de la región de montañas y sierras del centro y norte del país. La baguala —canto solo— es una de las pocas formas de origen indígena. De dificil entonación, se canta todavía en los valles y montañas del noroeste. El folklore propiamente dicho, siguiendo un proceso común a todos los países del mundo, retrocede ante la música popular elaborada comercialmente. Como reacción ante dicho proceso han surgido numerosas peñas o clubes folklóricos, donde se baila y se canta periódicamente. La costumbre del canto espontáneo en reuniones sociales se conserva en muchos sitios del interior, en provincias como Salta, Tucumán o La Rioja.
Tango
El tango, palabra de discutida etimología, es característico de la ciudad de Buenos Aires. Surgido en los suburbios a fines del siglo pasado, evolucionó en diversas etapas. Actualmente asistimos a su período "de vanguardia" representado por el talentoso Astor Piazzolla. La vitalidad del tango es permanente, y siempre se escucha en Argentina al legendario cantor Carlos Gardel.
Artesanías
Un aspecto valioso de la cultura popular argentina son las artesanías, muchas de ellas en vías de desaparición por su escasa rentabilidad para los productores. El Fondo Nacional de las Artes cumple una interesante obra para salvar esos testimonios tradicionales. Trabajos en cuero, en cuerno de vacuno y en plata, de la pampa. Cerámica indígena del noreste. Tejidos de lana, de vivos colores y combinaciones geométricas, en la Patagonia, los lagos del sur y el noroeste. Las tinturas vegetales se siguen usando . El poncho, usado por indios y criollos en prácticamente todas las regiones del país, puede estar hecho de lana, alpaca o llama. Es una prenda característicamente argentina, que ha conocido en años recientes fortuna internacional gracias a la moda. El típico producto de arte criollo no indígena son los cueros trenzados de la llanura, y la platería de origen español. La casi desaparecida estirpe de los trenzadores pampeanos llevó a la perfección el arte de entretejer, con la sola ayuda de los dedos, finos hilos de cuero de vacuno preparado especialmente. En cuanto al cincelado de la plata, tiene relación con una costumbre típica del Paraguay, el Uruguay y la Argentina: el mate. Con la yerba mate ('ilex paraguariensis') se hace una infusión de gusto particular, mucho más vegetal y fuerte que las infusiones habituales. Se la toma en un pequeño recipiente ovoidal —que también recibe el nombre de mate— y se la sorbe por medio de un tubo metálico de unos veinte centímetros, la bombilla. Mates y bombillas dieron lugar, desde el siglo XVIII, a una delicada artesanía en plata.
Cocina
En la actualidad la cocina argentina se basa en platos y recetas internacionales. Aunque no tanto como lo hacía hasta hace varias decenas de años, el argentino medio consume mucha mayor cantidad de carne vacuna que de cualquier otro alimento, generalmente en forma de un simple bife a la parrilla. El tradicional asado fue durante siglos la comida típica de la campaña, en particular la llanura. Se lo prepara aún en todo el país, como parte a veces de una celebración o una reunión de amigos. Además de trozos de carne de diversas partes de la vaca, ternero o vaquillona, el asado incluye: achuras—molleja, riñón, e intestinos del animal—; morcilla y chorizo criollo. Este es prácticamente idéntico a la salchicha de Toulouse, y no al chorizo tipo español, que en Argentina se utiliza en otros platos. En las provincias de la sierra y la montaña se hace preferentemente el asado con cordero o cabrito. Los platos verdaderamente típicos pertenecen a las provincias mediterráneas: el locro, la mazamorra y la humita, que están hechos con maíz. No obstante, corresponde al puchero y a las empanadas una celebridad internacional comparable a la del asado. El puchero es de origen español ( la palabra puchero significa "cacerola" en castellano ) y tiene alguna semejanza con el pot-au-feu francés. En Argentina se lo prepara como un cocido de carne de vaca, zapallo, papas, batatas, médula de hueso, tocino, chorizo español, morcilla, etc. Era el plato característico de los tiempos anteriores a la Independencia (1816), cuando aún no habían llegado las modas europeas en materia de cocina. La empanada es un redondel de masa relleno de carne picada, o bien de dulce, que se cierra sobre sí mismo en forma de semicírculo de unos diez centímetros de diámetro. Se las prepara al horno o fritas, según la región, y el relleno que acompaña a la carne también varía en cada una de las provincias que se especializan en dicho plato. Existe una importante producción nacional de vinos y de cerveza. En algunas regiones se fabrican aguardientes diversos, de los cuales el más famoso es el de la provincia de Catamarca, hecho de uva.